domingo, 13 de febrero de 2011

Con perspectiva.

Esta vez, decidí yo.
¡Y qué agradable es!


Diferente el no depender, no pedir permiso, reír sin dar cuentas y hablar sin tapujos.
Espera no. Eso ya lo hacía yo antes, aunque ahora es diferente...

Ahora no me causa problemas, ya no me duele cuando a cabezazos me rompo las ideas, ya no me mantiene en vilo el qué dirán, ya no hace falta pasar por encima de nada  y mucho menos de nadie porque yo escogí ser naturalmente feliz.

Y lo he conseguido tantas veces, y he creído perderlo otras tantas, y me equivoqué y mucho.
Porque todos podemos, porque lo más grande es lo más pequeño. Porque cuando ya creía que el mundo se desbordaba, cuando de tanto me daban arcadas...sucedió lo imposible.

Y lo imposible es perdonar lo imperdonable; lo imposible es hacer de quién más podría odiarte a tu mejor amiga; lo imposible es dejar de ser tan hipócritas y tirarnos la verdad a la cara sin miedo; lo imposible es eso sí, el sin miedo.

Pero es que yo he desafiado tantas veces a lo imposible, que cuando me dicen: NO, acaba por hacerme gracia, es inevitable pensar que suena a reto y jamás hay que despreciar un desafío.

Conmigo, sinceramente podría el 'Y si...', me quitaría tantas noches de sueño, decepcionante, eso sería, sí. Por eso nunca le dejo ni el más mínimo resquicio para que entre en mi vida.
Por eso trato lo imposible, para no arrepentirme; y no es fácil, lo sé.
También sé que llegado el momento, cuando has hecho todo y más, te mereces lo tuyo y lo tienes. Te mereces lo bueno y lo malo y a veces no, es cierto que a veces no, pero por algo será.
Será porque te toca, será porque eso te hará merecer otras cosas o por cualquier otra razón, pero será por algo.
Algo es causalidad, la casualidad no existe.
Entonces, cuando estás a puntito de rendirte, a milímetros de fracasar, piénsalo y decide tú.
Decide ser feliz, o pasota, o mediocre, o infeliz.
Que aunque digan que no, realmente sí está en nuestras manos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario