miércoles, 16 de febrero de 2011

Padres.

Y pasaron las horas hablando de ese hollito que se hace en su mejilla al sonreír, de lo linda que se la ve dormir, de lo mucho que les costó decidir su nombre, de tantas horas en vela que les dio los primeros meses, de que era una niña muy guapa y de lo mal que estaba el mundo, para ella querían algo mejor, más aún ahora, que es casi una mujer, que tiene que salir y ¡qué mal! ya no podremos protegerla tanto...pero hay que darle libertad.

-Necesita libertad -dijeron.
Y no pudieron concerderla.

Es tan frágil, dale unos meses más.
Tan inocente, llévala, ve con ella.
Pero mírala, qué pequeña..no, no, aún no.


Y no pudieron, la amarraron, no quisieron ver que le impedían crecer.

Aún así, creció, el tiempo obliga, intentó salir de la crisálida y la coartaron, puso más empeño aún, dijo de aquí vuelo y lo logró, aunque quizá a costa de mucho. Unos dirán; culpa de ellos que la oprimieron y otros verán un; pobres ellos que no supieron.

La verdad, solo importa que no la volvieron a ver y ellos, son de esos que piensan; culpa nuestra que la oprimimos...Ahora mata el remordimiento.
Es que aunque duela he de decir: Haberlo pensado antes.

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