miércoles, 16 de febrero de 2011

¡¿Cómo?!


¿Cómo no serlo?
Por qué evitar las gracias de quien te quiere,
para nada decir no al mayor de los SÍ's...
y mucho además.

-¿En qué momento fue? -me dijo y dudé; cuándo sería, cuándo...

Cuándo me daría yo cuenta de todo lo que tengo, de lo fácil que va la vida, de lo feliz que soy a diario y de tanta euforia que rodea cada victoria...sería con aquella canción que me parecía tan triste y que no me apetecía escuchar, que ya no me decía nada, o con aquella cita de algún erudito que explicaba como la felicidad es un modo de vida y no un estado o cuando quise reír por nada, no fue rara la carcajada y me entendieron los de alrededor, tengo razones para sonreírle al mundo porque él lo hace conmigo, pero..no estoy segura de que fuera entonces.

Quizá fue solo cuando me pidieron un recuerdo alegre y tenía muchos entre los que escoger, o más bien aquel día que me dieron ganas de gritarle al mundo ¡PERDÓN! Sí mundo, perdón por traicionarte queriendo borrar lo que me has dado, perdón por el sacrilegio de abandonar mi sonrisa...o más simple aún, con un abrazo de ella, sí..entonces descubrí que no me falta nada.

Porque ella, él, ellos, todos, me obligan, me obligan a ser infinitamente feliz y nada más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario