domingo, 9 de enero de 2011

¿Y qué?


Y qué si me gusta el boxeo, y si soy capaz de leer hasta las cuatro de la mañana por iniciativa propia, y qué coño! a quién le importa si prefiero el rap a la baladita de chica, y qué, joder y qué si sé escupir y qué si cuando me frustro no lloro sino me voy a nadar y qué si uso perfume de hombre..y qué me importa que cada día te parezca más hombre si luego soy más chica que las del gloss y las uñas rosas!
Que sí vaya, que yo soy tan capaz o más de decir te quieros sin sentirlos, que sí que sé ser falsa y pilingui, que puedo ir de inocente y clavarlas como ellas, y que puedo hablar de las chicas en primera persona aunque no suela, pero no me gusta...¡La hostia qué rara!
¿RARA? Rara es la que se pasa horas viendo novelas, rara la que dice solo tú y tú son cinco, rara la niña, rara la puta. ¿RARA? Rara la que no dice follar (¡Jolín, que suena mal!) y hace el amor con uno distinto cada finde, rara la que dice paso de los viejos y luego ¡Mami péiname please! ¿RARA? ¿Rara yo? ¡Qué coño!
Y qué si preferí ser como ellos, ellos que no se mienten, ellos que: ¡Los colegas lo primero!, ellos que dicen sí sí la piba pero cuando llaman las ganas de palique sincero..Contigo no que lo mismo me la clavas guapa, un beso. Ellos que cuando no quieren no dicen te quiero, ellos que si no quieren más dicen: Chica no me llames. Ellos que ¡A la mierda las sutilezas!
Como esos ellos quise ser yo...

Ahora bien ¿Soy peor que la del tanga sobre el pantalón y el escote prominente? ¿Soy menos que la de la falda corta? Tengo claro que no, soy diferente, porque tal vez ella también lo quiso, quizá tampoco le gusta el Amor Amor de Cacharel -pero se lo pone porque es de tía- simplemente es que tuve el valor, corrijo, tengo el valor; de ser sincera.

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