miércoles, 6 de julio de 2011

Aquella.


Fue una noche de grandes sueños;
yo sabía escribir poesía,
y sí, parecía fácil.
Rimaban casi que solas las palabras, hablábamos en pareados, reías y gritábamos como si se fuera a acabar el mundo en unas horas ¿habríamos fumado?..creo que el camarero nos puso algo en la copa.
Puto cataclismo.
- Y, nuevamente, en este astigmatismo continuo de no querer ver lo que tengo a un milímetro, él me puso lentillas.

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