miércoles, 6 de julio de 2011

Tiempo.



Tiendo a pensar que me pierdo,
-más que en te pierdos-
cuando llegan las diez,
las diez y algo,
las once,
y nada ha cambiado.
Tiendo a no olvidar el tiempo,
que pasa inexorablemente
y punto -no suspensivo-,
punto final.
Tempus fugit,
collige virgo rosas,
y otros tantos tontos típicos y tópicos.
¿Qué fue del carpe diem?
Tiendo a pensar en lo poco que falta
para esto o aquello otro,
y en todo lo que ha pasado
desde eso o lo de más atrás.
Y es cierto que me pierdo
a más lo pienso,
porque es proporcional.
¡Yo no me encuentro!
Y más se altera el ciclo.
Búscame un GPS,
que es más sofisticado que aquel mapa -barra- brújula,
y tráelo...que te prometo - me prometo-
intentar, que no conseguir,
una solución..
Solución a las dudas del:
dóndestoy y adóndevoy.
O alguna respuesta a ese miedo
-porque el tiempo pasa y no de largo-
a ese terror inmenso de:
Yo no soy inmortal y seré lo que quede y..
Si nada queda, ¿nada soy?
Esas cosas -casi profundas-
que te impulsan -guión- obligan
a ser alguien...
O, al menos, a intentarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario