viernes, 11 de noviembre de 2011

Simpleplan.

Soy de esa gente que pierde el DNI tres -ocuatro- veces por semana,
que dice: Sí, ya te llamo yo.. y luego no llama,
no, no me olvidé ¡fue un despiste!
que lo siento; pero que soy así.
Que no, que ya es tarde y no, no creo en el amor idílico,
¿triste? ¡triste tú! yo vivo ya en otro realismo;
en que si no busco qué sentido tengo
acabo por comprender que no tengo sentido.
Sí, la verdad empiezo a decepcionarme más a menudo,
empiezo a perderme y paso de buscarme;
y es que a veces, casi -casi- siempre,
de quién más esperabas menos obtienes.
Soy de esa gente alegremente obstinada,
y olvidada -sin remedio- en la rutina,
me levanto, voy, vengo y me acuesto;
nada más.
Y acabo al principio de cada fracaso,
repitiéndome que ya no soy quien era,
-que no puedo aunque quisiera-
y me aburro de aburrirme.
Puede que tenga esa capacidad tonta
de recordarme y tratarme mal por cada uno
-¡todos y cada uno!-
de mis errores.
Puede que sea despreciable
-o apreciable en el mejor de los casos-
pero hay días que me odio,
para amanecer amándo-
¿Triste? ¡Triste tú!
Obstinada quizá sí,
pero en el fondo, -tan,tanenelfondo-
soy feliz.