viernes, 12 de julio de 2013

Bucle.

Hoy hemos vuelto a llamarnos locos,
hoy hemos vuelto a llamarnos, locos,
como dos idiotas que olvidan el pasado,
como si ya no nos viéramos la cicatriz en el costado izquierdo
de cuando la herida rozaba peligrosamente el corazón.

Hoy hemos vuelto a vernos en las miradas
confiando otra vez en los principios
casi olvidando lo que dolíamos cada final
hemos vuelto a hacer leña del árbol caído
-y enterrado-
sin importarnos a costa de qué empieza el fuego
mientras caliente..

Nos hemos cogido de la mano para gritar en silencio
-como antes-
y nos hemos dado cuenta de que no hay nada que decir.


Que las segundas oportunidades
son para las tiendas de saldo
y en nuestro caso
la enésima fue hace siglos,
que para qué volver a lo de siempre
si llegaremos a donde siempre
con más raspones cada vez..

pero luego has sonreído.

Y he recordado por qué cada despedida es un comienzo,
por qué en lugar de abandonar
montamos un nuevo bloque sobre los cimientos,
tapamos los agujeros
y luchamos para que el barco siga a flote.

Y es que ninguno podría ser tan pasado
-y tan futuro-
nadie sabe más de no saber nada
ni tanto de hacer las cosas mal
pero diciendo con los ojos
que saldremos adelante.

Porque hemos llegado hasta aquí
cuando todos hubieran dado el viaje por perdido
seguimos turnándonos el catalejo
por si alguno vislumbra tierra firme,
sin abandonar a la tripulación
-ni abandonarnos-
aunque más de una noche el cuaderno de bitácora sólo diga:

'hoy ha sido un día duro,
se avecina tormenta'

Seguimos aprendiendo de los sueños
que a la mañana siguiente
hay que levantarse con fuerza
y hacer ligero el peso sobre los hombros
porque pese a todo,
-y todo no es poco-
nos quedan razones en la tripa
mariposas en la cabeza
quedamos nosotros,
los de siempre..
y eso es lo que vamos a gritar al silencio:

Que lo nuestro es caminar sobre las brasas
pero dirección paraíso.

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