martes, 8 de marzo de 2011

No sé ya cómo decirte que..


Hay alguien, una sola persona en el mundo, que es diferente.
Alguien que no es un amigo, que es algo más y mucho menos.
No estoy siendo justa, perdón, no es una persona. Es la persona, es él, es diferente y es lo mejor y lo peor, está en mis grandes caídas, pero nunca cuando subo, no es con quién comparto el día a día, no es a quién quiero darle mis sonrisas, es él, el que está ahí cuando no soy nada, al que recurro cuando no puedo más y el que me saca la imposible carcajada en un mar de lágrimas. Quien hizo que por mi estómago circulasen mariposas y a quien se las vomité y le dije: No las quiero. ¡Qué mal! Y aún peor, no me arrepiento...de ninguna de las veces en que le llamé, de todas esas en las que le hice daño por egocéntrica, no logro arrepentirme y busco la manera de pedirle perdón, por todos los medios y por todos ellos suena falso.
Perdón por hacerte siempre lo mismo.
¿De qué vale? Si sé que volveré a hacértelo.
Los sms a las tres, cuando no pueda dormir, siempre volveré a decirte ven y acabaremos mal.
Al menos puedo pedirte perdón por despertarte, por preocuparte, por echarme a correr en el último segundo, eso lo siento; pero no puedo prometerte que no lo haré una vez más, ni que esta vez va a ser diferente...¡y quisiera poder!
Aunque, no. No, no, no. Negación infinita. No puedo.
Por dónde iba, no sé, divago...No puedo decirte perdón, no puedo arrepentirme porque te sigo necesitando ¡Joder! Sí puedo darte las gracias; GRACIAS por seguir ahí y por aguantar con entereza mis desaires, por no decirme se acabó y por dejarme volver cuando te necesito.

Porque te necesito, mucho, más.

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