Descubrí que te quiero por los nervios.
Por saber que no estás,
que no vas a venir y hacerme la indiferente.
Descubrí que sé muchas cosas aunque sólo las crea.
Por los sueños y las ganas
que echan un pócker apostándome la sonrisa.
Entendí, después de ti,
que el mejor cazamariposas es el que las deja volar e irse,
el que te deja irte..
y ya nos olvidaremos,
que somos jóvenes,
que me sobra tiempo para explicarle a cualquiera que te quiero por los nervios que no quiero achacar a otra sonrisa,
pero a todas: te quiero.