martes, 16 de abril de 2013

Segunda persona del singular, presente.

Eres, por H o por B,
eres, casi sin quererlo,
pero eres todos mis errores..
y mis aciertos.

Eres las veces que me desvelo,
-que no son pocas-
y te busco en la cama,
eres las veces que está vacía.

Eres en crudo..
así, como eres, lo que busco.
Y entonces, no sé lo que eres,
ni creo que quiera saberlo.

Aunque me empeñe en explicarte.

Eres, las veces que brindo por ti y por las veces que he estado a punto de gritarte lo que escribo en silencio, eres el estúpido impulso de tirarte todo encima y salir corriendo -a ver si así te das cuenta- y eres mi siempre acabar borracha, intentado explicarme la cantidad de veces que he cambiado la vida por ti y preguntándome si tú, al menos alguna..pero nunca.

Luego, llegan las mañanas de recoger platos rotos, de limpiar este desastre emocional y pensar 'quizá la felicidad está sobrevalorada' -muy a lo libro de autoayuda- para no reconocer los fracasos. Otra vez hacer recuento de ideales perdidos y.. son demasiados o soy horrible en mates -y no sé qué es peor, o si lo eres.

Pero me sobrepongo cuando te vuelvo a ver, sonrío y sé que eres, muy por encima de mis posibilidades, todo eso que nadie más ha sido, todo eso que, aunque apenas sabes, eres.

Y yo, que algún día tendré la valentía de mirarte a los ojos y dejar caer que me siento diminuta al lado de lo que eres..me entretengo entre tanto buscándote forma.