miércoles, 11 de abril de 2012

A TI.

La histeria energética de las mañanas
y el espejo empañado por tus ganas,
las sonrisas claras
a juego con el rosa de la pared,
con el ronroneo de recién levantarnos,
y el optimismo del día, por bandera.

¡y qué más! si contigo...

Perder el tiempo pensándote
-aún si te tengo delante-
creer que verte es arte
-digan los críticos lo que quieran-
saber que, si no pierdo mi vida contigo,
la pierdo por ti
y sólo decir 'anda, sal, que quiero bañarme'.

Y apurarnos, y salir, y mirarte, y despedirnos...

Y, cuando te vas, volver la cabeza
para recordarme que no me atrevo a olvidarte,
que, lo mejor, es este momento,
de cerrar los ojos y verte,
que, lo mejor, es este ruido loco
del silencio cómplice,
las máximas libres que le gritamos al viento
y las noches de sonrisas y confesiones ciegos de alcohol,
que, lo mejor, está por llegar...

Después, ya situada en la realidad de tus adioses,
vuelvo a escribirte en mi agenda,
a callarme cuando sé que:
'no es mi turno',
y a esperarlo con ansia,
a derramarme en ti
cuando me regalas un segundo...

y aunque a mi letra de médico ya le aburres,
mis manos te echan de menos
y te siguen escribiendo.

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