Los dolores de espalda mañaneros
y las confesiones silenciosas a la pared...
y las confesiones silenciosas a la pared...
tus golpes a mi ego después de las dos,
y todas las veces que he intentado no oírte
cuando me gritas: 'no te veo'...
y todas las veces que he intentado no oírte
cuando me gritas: 'no te veo'...
mis estúpidos intentos de romper el mito
y que pasase algo bueno a las tres.
y que pasase algo bueno a las tres.
Todo en saco roto.
Cuando no puede ir peor, aparece Murphy,
y hasta el pacifista me da de tortas...
y hasta el pacifista me da de tortas...
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