Cuando tienes demasiado tiempo para reflexionar
lo mejor es mandar a callar tu cabeza,
sino, te espera la más dura de las paranoias
y se llama realidad objetiva.
lo mejor es mandar a callar tu cabeza,
sino, te espera la más dura de las paranoias
y se llama realidad objetiva.
Me gusta mentirme, decir:
Todavía pienso en ti y en mí -en nosotros-
Aunque ni siquiera sepa quién eres tú,
y mucho menos quién soy yo.
Todavía pienso en ti y en mí -en nosotros-
Aunque ni siquiera sepa quién eres tú,
y mucho menos quién soy yo.
Pero, aún así, es cierto que pienso,
que tengo un buen par de megustarías
guardados en el desván,
y casi, casi los anhelo.
que tengo un buen par de megustarías
guardados en el desván,
y casi, casi los anhelo.
¡Qué injusto!
¿Por qué ellos aman y yo no?
¿Por qué ellos aman y yo no?
Habría que entregarse
y eso, cuesta un trabajo.
y eso, cuesta un trabajo.
Casi querríamos que fuera en callando,
espontáneo. Pero no, eh, no...
Habría que aprender, aprendernos,
saber qué, cuándo y cómo me necesitas.
espontáneo. Pero no, eh, no...
Habría que aprender, aprendernos,
saber qué, cuándo y cómo me necesitas.
Me preguntaste: ¿Estarías dispuesta?
Erraste en el condicional,
no me inspiras confianza.
Pregúntame: ¿Estás dispuesta?
Erraste en el condicional,
no me inspiras confianza.
Pregúntame: ¿Estás dispuesta?
Ya vuelvo a reflexionar.
¡Calla cabeza!
¡Calla cabeza!
Al menos la mía es subjetiva
y, en cierto modo,
romántica...
y, en cierto modo, gracias.
y, en cierto modo,
romántica...
y, en cierto modo, gracias.
Por alejarme de la realidad.