jueves, 4 de noviembre de 2010

Orgullo


Te quedas mirando la puerta por la que acaba de irse, la misma por la que más de una vez intentaste huir y no te dejo, esa que ha cruzado tantas veces corriendo detrás de ti.
Y no puedes evitar pensar si es un error dejarle marchar, si te estás equivocando, si te arrepentirás. Si deberías seguirle, retenerle..
Pero nunca llegaron las fuerzas para gritar, ni para caminar tras él, ni para enmendar todos los errores cometidos.
Entonces, sea verdad o no, acabas convenciéndote de que hiciste lo correcto, de que así es mejor para ambos. Te excusas.
¿Por qué lo haces? Porque efectivamente, sabes que debías haber ido tras él UNA vez, después de que lo hizo CIENTOS de ellas por ti.
Es mejor. Es mejor que seas eso que solo me permito imaginar aunque sé que puede ser.
Es mejor no arriesgarte para no perderte.
Siempre preferí silencio ante llanto.

Me excuso, lo sé.

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