domingo, 17 de octubre de 2010

Sinceridad.


¿Cuántas esquinas te han visto darte un respiro de alquitrán?
¿Cuántas veces lo has negado?
¿En cuántas ocasiones notaste que estabas haciendo algo mal?
¿Cuántas de esas te echaste atrás?
¿Tantas son las copas que bajaron como agua?
¿Cuántas más de las que reconoces?
¿Cuántas camas, sofás, alfombras?
¿Cuántas mentiras, cuántas veces ocultaste?
¿Recuerdas todo lo que hiciste mal?
Pasamos toda nuestra vida intentando aparentar que somos ángeles, que no hacemos nada insano, que es la mejor, que no se puede tener más y no es verdad.

Se puede más siempre, aunque no se quiera.
He llegado a un punto donde mi vida es sinceramente imperfecta.

Y me encanta.

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