Ya has vuelto a venir demasiado tarde para quedarte,
no te preocupes,
he parado el reloj:
el mundo no se va a mover hasta que salgamos de aquí
con los dedos entrelazados
y pegamento entre las manos.
Que sea amor a distancia,
pero milimétrica.
Yo no tengo miedo:
tú tampoco.
Qué bonita certeza
la de saber que cuando abra los ojos,
seguiremos soñando
y estarás sonriendo.
No me importa que llegues tarde:
ya madrugo yo por los dos.
Has venido tarde para quedarte,
sólo porque vamos a irnos juntos
y a llegar
-tantas veces, que perderás la cuenta-
Déjame volcarte la vida,
que estoy intercalando poesía entre apuntes
y hasta la química de cuando me miras,
piensa que estoy perdiendo el juicio.